Las empresas multinacionales han desarrollado numerosas e importantes iniciativas en el ámbito de la igualdad posicionándose como referentes para las empresas de menor tamaño. Además, en Panamá la apuesta por la igualdad está en pleno desarrollo tal y como lo ponen de manifiesto las numerosas iniciativas puestas en marcha en el país en los últimos años.
Este es el caso del Programa de Certificación de Sistemas de Gestión de Igualdad de Género en empresas privadas y públicas, más conocido como Sellos de Igualdad de Género, desarrollado en alianza con el Ministerio de Trabajo y Desarrollo Laboral (MITRADEL), el Instituto de la Mujer (INAMU), el Ministerio de Relaciones Exteriores (Cancillería), el Ministerio de Comercio e Industrias (MICI) y el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo para América Latina y el Caribe (PNUD). La obtención de este sello conlleva un proceso exigente de auditoría que determina el cumplimiento de unos criterios exhaustivos sin los cuales las entidades no podrían recibir esta distinción.
Otro ejemplo es la Iniciativa de Paridad de Género (IPG), alianza público-privada dirigida a promover buenas prácticas para cerrar las brechas económicas de género en torno a tres estrategias: i) aumentar la participación laboral de las mujeres; ii) promover la participación de mujeres en puestos de liderazgo y iii) visibilizar y reducir las brechas salariales de género.
Panamá es, además, líder regional de la Coalición Internacional para la Igualdad Salarial (EPIC). Entre los compromisos asumidos en la Coalición se encuentra el de impulsar un Plan Regional y un Plan Nacional para la reducción de la brecha salarial de género. Dentro del Plan Nacional que a su vez forma parte de la IPG de Panamá y con el apoyo de ONU Mujeres, se están desarrollando numerosas iniciativas, como:
Otra de las medidas más conocidas, de reciente implantación, es el desarrollo de la Ley 56 de 2017 de participación de las mujeres en las Juntas Directivas que establece el derecho de las mujeres al acceso y la participación activa en la toma de decisiones de entes públicos y empresas reguladas del país. En su artículo 2, dicta que en aquellos organismos que tengan en su estructura organizacional una Junta Directiva, un Consejo de Administración u organismos similares, se designará, como mínimo, un 30% de mujeres en la totalidad de sus cargos.
Por último, las empresas de Panamá también están participando en los Principios para el Empoderamiento Económico de las Mujeres (WEPs). Un conjunto de reflexiones destinadas a ayudar al sector privado a centrarse en los elementos clave para la promoción de la igualdad de género en el lugar de trabajo, en el mercado y en la comunidad.
Estos principios, elaborados mediante un proceso consultivo multilateral bajo el liderazgo de ONU Mujeres y del Pacto Global de las Naciones Unidas (UN Global Compact) ofrecen una “óptica de género” que permite a la actividad empresarial medir y analizar las iniciativas en curso, los valores de referencia y las prácticas de evaluación.
Los siete principios son:
A nivel global, casi 1,700 empresas han adoptado los Principios de Empoderamiento de la Mujer. En Panamá, el lanzamiento de la iniciativa se llevó a cabo en 2017 y ya se han realizado acciones formativas para la aplicación de una herramienta de priorización. Actualmente, se cuenta con la existencia de varias empresas que han suscrito los compromisos.
Todos estos programas dan cuenta del relevante proceso de cambio interno que está sufriendo el contexto empresarial de Panamá. Así se desprende del informe “La mujer en la gestión empresarial: Cobrando impulso en Panamá” elaborado por los organismos que ahora impulsan el presente estudio (OIT y CoNEP), según el cual “el 70% de las compañías encuestadas ha reconocido haber implantado medidas en materia de diversidad e igualdad de género” (OIT, ACT/EMP, 2018).
Entre ellas, y según datos del mismo estudio, las que han alcanzado un mayor nivel de respuesta han sido las relativas al reclutamiento, retención y promoción de las mujeres (47% de las empresas encuestadas), seguida de los permisos de maternidad por encima de los requisitos legales (32%), medidas de entrenamiento en habilidades y competencias ejecutivas (31%). Entre las menos desarrolladas encontramos las estrategias que incluyen objetivos para la inclusión de género en el nivel de alta dirección (2%), el trabajo a distancia o teletrabajo (en igualdad de condiciones para hombres y mujeres) (2%), el apoyo para el cuidado de niños y niñas o de personas adultas mayores (4%) y el trabajo a tiempo parcial (en igualdad de condiciones para hombres y mujeres) (4%).
A tenor de los datos, parece evidente que el trabajo por la igualdad de género, aunque incipiente, debe seguir trabajándose para cubrir aquellas áreas menos desarrolladas. Corresponde ahora presentar algunas de estas medidas en aras de alcanzar mayores cuotas de igualdad en el entramado empresarial panameño.